Quisiera ser


Quisiera ser el tacto sutil de la sabana que cubre tu piel,
y arroparte cada noche con mi mirada, mientras tú, caes en los brazos de Morfeo.
Quisiera ser el viento en tu pelo; ese que alborota tus cabellos.
Quisiera ser la brisa; esa que acaricia tu cara, mientras, tú recorres los senderos de esta vida.
Tal vez llegué, demasiado pronto o tarde a tu vida, ya no hay lugar para mí,
besar tus labios fue un sueño,  tocar tu piel un espejismo.
Pues no hay lugar, ni momento, ni hora,
la hoguera se quemó y mis deseos arden ya,
el fuego fue apagado por las tormentas.
Vuelan las pavesas atravesando el cielo y el mar,
caen ellas; grises y amargas sobre la tierra y lo empañan todo,
y bajo el sol de este verano se hielan mis lágrimas.
Un frío invernal se posó en mi alma.
©Belinda

El amor duele


Como puñal invisible, clavado
entre costilla y costilla,
abriéndose las entrañas,
sangrando el costado,
cuerpos retorcidos de dolor,
almas buscándose entre besos perdidos.
Entre romance y beso
se va perdiendo el amor,
dando paso al odio y al deseo
lo carnal triunfa,
los sentimientos mueren.
Como hojas garabateadas
ardiendo en una hoguera encantada,
el fuego de las pasiones solitarias muere,
y si te amo, no lo recuerdas
y si me amaste, ya lo olvidaste.
©Belinda