Quisiera ser


Quisiera ser el tacto sutil de la sabana que cubre tu piel,
y arroparte cada noche con mi mirada, mientras tú, caes en los brazos de Morfeo.
Quisiera ser el viento en tu pelo; ese que alborota tus cabellos.
Quisiera ser la brisa; esa que acaricia tu cara, mientras, tú recorres los senderos de esta vida.
Tal vez llegué, demasiado pronto o tarde a tu vida, ya no hay lugar para mí,
besar tus labios fue un sueño,  tocar tu piel un espejismo.
Pues no hay lugar, ni momento, ni hora,
la hoguera se quemó y mis deseos arden ya,
el fuego fue apagado por las tormentas.
Vuelan las pavesas atravesando el cielo y el mar,
caen ellas; grises y amargas sobre la tierra y lo empañan todo,
y bajo el sol de este verano se hielan mis lágrimas.
Un frío invernal se posó en mi alma.
©Belinda

El amor duele


Como puñal invisible, clavado
entre costilla y costilla,
abriéndose las entrañas,
sangrando el costado,
cuerpos retorcidos de dolor,
almas buscándose entre besos perdidos.
Entre romance y beso
se va perdiendo el amor,
dando paso al odio y al deseo
lo carnal triunfa,
los sentimientos mueren.
Como hojas garabateadas
ardiendo en una hoguera encantada,
el fuego de las pasiones solitarias muere,
y si te amo, no lo recuerdas
y si me amaste, ya lo olvidaste.
©Belinda

Mi secreto



En esta noche de confesiones,
noche de silencios compartidos,
tendré cautela al abrir la puerta.

El silencio envuelve palabras,
y no quiero verdades a medias,
pero creo que llegó el momento.

Con susurro a veces,
gritado otras,
ahora que nadie me oye,
te voy a contar mi secreto,
te lo he dicho mil veces,
pero creo que no te has enterado.

Los ruidos preservan mi afonía,
el silencio enreda mis palabras,
mas no me atrevo a ilusionarme,
y siento miedo a la quimera.

Presta pues atención a mi sigilo.
¿Percibe ya tu oído mi mutismo?
Te lo ha murmurado mi mirada,
calla mi boca para que lo oigas mejor,
hablan mis latidos,
¿Di?
¿Sabes ya cuál es mi secreto?
©Belinda

Te pienso

Cuando el deseo el la pasión,
se unieron en un beso,
llegó tu nombre a mi boca.

Brasas que recorren mi cuerpo,
 si te pienso,
mariposas que arden en mi mente,
 si me faltas,
perdida entre fantasmas,
 si no te tengo.

Eres mi tormento,
 mis noches solitarias,
mis ansías, 
mi secreto,
mi dueño.


Ardiendo en llamas 
cada noche, 
mi cuerpo
se le antoja,
tu boca
tu piel
tu voz
tu tacto.

Declinan las horas,
ocasos perdidos
y
 te pienso.
© BT


Depresión




Triste
sola
hundida
espectro fantasmal
horrible ante el mundo
que
 la mira
analiza
juzga
cuestiona,
no hay lugar
nublos rojos que tiñen el alba
amaneceres grises
lavados
con lágrimas borrosas
que nadie ve.
©Belinda

¿Me dejas probar tus besos?




Cuán bella es, delicada y bonita
hasta la punta de los pies,
su piel de terciopelo, acaricia mi cuerpo,
mirada más apasionada que quieta,
lame mi cara, busca mi aliento,
su boca entreabierta,
invita al beso, y llama a la mía,
se relame golosa,
y yo,
la miro, la pruebo,
la tomo, la ocupo,
la como, la gozo,
me pierdo dentro y me siento vivo,
pues mi corazón sólo late por ella.

Verbo es su boca,
y me besa
y me mima,
vuelo hasta ella, acometo si puedo,
bebo sus besos, inicio cortejo,
respiro su aroma, aparezco en su sueño,
mas no me detengo, hurgo esa boca,
y
 beso.

Miel liquida empapa mi boca,
 me siento preso,
sus cabellos anudan mi alma, yo me desnudo,
cautivo,
mas quiero otro beso,
y despierto de día, con tormento en mi boca,
y lloro después,
anhelando sus besos.
© BT

Ya no está




Soñé tu mano en la mía
y tu voz era caricia en la lejanía,
por caminos extraños
sentí el latido del miedo aullando.

Solitaria y angustiada te llamé,
la Luna entonces me mostró tu halo
y tu sombra era mi compañía,
y tus huellas eran mi guía.

Salieron al paso del sendero,
dudas, temores y muchos pesares,
yo, temblando, pisaba las hojas muertas,
los árboles crujían y sus raíces me retenían.

Y mi vida cayó a tus pies,
me aferré a tu mano
y por un instante te sentí mío.
©Belinda

Culmen de amor


Eres tú y solo tú el artífice de mi amor,
mis mañanas reposan en tus latidos,
mis noches son estrellas apagadas sin tu mirada.

A tu boca, besos y ternura para mi sentir
mi Sol; ese que calienta mi cuerpo,
ese al cual yo venero; lleva tu esencia.

A mis labios aflora tu nombre,
y se hace miel en mi boca.
Suena la música para los corazones,
bailando un vals; 
unidos a ese compás,
pegados los cuerpos en una balada,
latiendo en el firmamento,
el universo entero aplaude de gozo,
y nos cubre de paz y sosiego.

El Sol, pícaro él; calla y contiene,
llega la luna besando tu piel,
y fusiona mi cuerpo a tu halo.

Bañados de luz, amantes fieles y unidos,
el horizonte se abre y las estrellas nos guiñan,
pues ellas saben de nuestro amor y fulgor,
y el tiempo detenido en este cortejo,
exhala, culmina y estalla.
©Belinda

Encuentros


Un día cualquiera,
te encontré sin buscarte,
tú me llamaste,
te conocí sin conocerte,
hablé sin mover los labios.
te miré sin verte,
invisible para mí.
Palabras,
quedan…

Un día cualquiera,
sentí tu piel sin tocarte, suave,
besé tu boca, sin rozar tus labios; dulces,
percibí tu aroma sin olerte; penetrante,
te rodeé con mis brazos sin abrazarte,
oí tu voz, muda.
Silencios,
quedan…

Un día cualquiera,
me tropecé contigo, o tú conmigo,
escuché tu corazón y puede que tú el mío,
un día cualquiera, comprendí que era un error.
un día cualquiera, nos dijimos adiós.
¿Cómo buenos amigos?
Incógnitas,
quedan…
©Belinda


Acceso denegado


Quedan mis labios sellados, con tu nombre,
nadie lo sabrá jamás,
mis pensamientos y anhelos,
eras tú,

y mi mirada, acariciaba tu rostro

cubriendo tu cara de besos,

cada noche,

en mis sueños,

quise despertar,
en ti,
quise ser volcán de lava en tus brazos
y en tu boca fuego,
quise entrar en tu mundo.

No sirve de nada pensar en ti,
ideas vagabundas recorren,
mi cuerpo y mi alma,
quise creer en un sueño y me hundí,
naufragando, en pantanos oscuros,
atrapada, gritando tu nombre,
y tú,
no estabas.

Llueve sobre mojado,
ya se disipa la niebla de este sueño,
y con mirar realista, miro mi futuro,
y tú, no estás en él.©Belinda

El silencio




Ya no hay palabras para explicar lo qué siento
lo qué pienso o lo qué anhelo
hoy mi mundo se derrumba.

Estrellas fugaces que no arden
cielos azules que no existen
y la realidad que golpea con fuerza
y podría escribir mil poemas
palabras, versos, sueños y deseos.
¿Y para qué?
el silencio abrazador está presente
una soledad sin palabras
que me envuelve con su velo.
©Belinda

Do re fa


Soy ceniza de lo que fui
un pasado que se aleja
añorándote demasiado
aun sabiendo que no me amaste
repaso aquellos días
de palabras cruzadas
en un cruce sin destino.
Polvo que se desvanece
como notas de música
distorsionadas por el eco
mi corazón te reclama
mientras mi razón grita
que te deje libre ya...
©Belinda

Piel de sirena


Tornasolado,
el cabello de la sirena,
ondea al viento,
algunos marineros la observan,
de reojo, quietos y silenciosos,
mientras ella, 
sentada en la arena,
quiere cubrir su cuerpo de sirena,
las escamas de su piel,
relucen al sol,
brillando como la plata,
como finas escamas 
adheridas a su piel.
©Belinda

De mayor quiero ser...astronauta


En el laberinto de la infancia, se perdieron los deseos
como estrellas fugaces en el cielo.

Envueltas en sueños, se van soplando las velas.

Tumbadas en el suelo, las risas, forman un eco 
entre los juegos infantiles y las muñecas de trapo,
ya sólo queda el recuerdo de un patinete roto.

Mientras la vida corre, discurren los días, 
extraños y fatigados
y entre guiños y sonrisas pasan las horas, 
mientras se alejan a paso veloz,
los sueños y la locura de la juventud.

Habrá que trabajar, aunque sea de astronauta,
que el mañana ya llegó, con tormentas bajo el sol,
nubes sin color dudas con sabor.
©Belinda

Si me atreviera


Si te hablara con pensamiento y razón,
te diría que añoro tu voz.
esa que nunca oí,
esa que me hizo temblar.

Si me atreviera a pensarte,
te pensaría en hechos obscenos,
tu cuerpo pegado al mío y,
 mis senos aplastando tu faz.

Si osara soñarte,
te soñaría desnudo,
fusionándose tu alma a la mía,
mientras recorro tu anatomía.

Si me dejara llevar,
en tu orilla amanecería,
dulce y salvaje,
obscena y atrevida,
 te haría mío.
©Belinda

Insomnio


Noche oscura
Luna lánguida
encarcelada al lecho
vuelta de vértigo
boca arriba
o boca abajo
su tic tac enloquece
pasan las horas
minutos interminables
desgranado ideas
pensamientos dispares
ventana que filtra
aires lejanos
murmullos
ecos de otros mundos
cansancio en el cuerpo
alma volátil
sin descanso.
©Belinda

TAN SOLO POR AMOR




Conocerte y mirarte
sin llegar a tenerte

amarte en secreto
y respirar tu esencia

susurrarte en silencio
palabras prohibidas

divagar cada noche
entre tu cuerpo dormido

soñar cada ápice
de tu piel ansiada

escribir tu nombre
en diez mil poemas

cerrar los ojos
y sentir tu presencia

despertar del sueño
y seguir viviendo.
©Belinda

Corazón de patata


Ya no colecciona sonrisas
mitad quietas
mitad ficticias
ni siquiera gatos grises.

Ya no colecciona silencios
mitad gritados
mitad borrados
ni siquiera ideas sumisas.

Ya no colecciona deseos
mitad ahogados
mitad desesperados
ni siquiera palabras indecisas.

Ya no colecciona miradas
mitad furtivas
mitad opacas
ni siquiera pensamientos obscenos.

Ya no colecciona mentiras
mitad deseadas
mitad ansiadas,
tan sólo ingenuidades,
corazones rotos y,
lágrimas saladas.
©Belinda

Tan sólo para amarte


Buscarte entre la gente
pasear por tu ciudad
y caminar mil leguas más
tan sólo para verte.

Esperar en tu orilla
andar por tu acera
subirme a un tranvía
tan sólo para mirarte.

Husmear por tu mente
saber tu pensamiento
desear lo qué tú deseas
para sentir lo qué tú sientes.

Gritarle tu nombre al viento
sólo, para probar tu brisa.

Perderme por un instante
sólo, para encontrarte.

Esperarte mil días más
tan sólo para amarte.
©Belinda

Fantasma




Cierro los ojos respirando tu aroma,
buscando tu fragancia,
me pierdo en tus brazos 
tu perfume,
penetra en mi mente,
torturando mis sentidos,
embriagando mi ser,

te sueño, rodeando mi talle,
tu boca, trazando senderos,
recorriendo mi cuello, 
con besos de fuego,

a mi oído,
palabras de amor 
y  tus labios en mi pelo,
se aceleran mis latidos, 
despertando mi deseo,
busco tu mirada,
abro los ojos
y desapareces.
©Belinda

Idioteces y Soledades



En la soledad de mi alcoba,
pensativa, en mi cama revuelta
he repasado los días, que me diste coba,
mientras por mis auriculares 
me invade la música celta.

Pero no encuentro consuelo
ni en salidas, textos o escrituras,
será que un día vi tu cielo
y tal alucinación
me indujo calenturas.

Ha llovido mucho desde entonces,
y aunque sé, que nada consigo llorando,
siguen las lágrimas surcando,
será que sólo pienso idioteces.

Y a pesar
 que navegar por el pasado
 es un tormento,
aún no hay navío 
que amarre mi lamento.
©Belinda



Olvidar...





Cerró los ojos y el sonido del mar;
olas, chocando entre rocas y acantilados,
la estremecieron,
el aroma a sal marina,
invadió sus sentidos.
Ella se dejó llevar, uniendo sus latidos con el océano,
en aquel lugar volaba libre su corazón.
Ya no existían muros ni barreras;
sólo cielo para cubrirse y luna para iluminarse.
Soñando la sirena,
las olas salpicaron su piel.
Dejándolo todo, no miró atrás,
adentrándose en la espuma blanca,
sus lágrimas se fundieron con el mar.

©Belinda

Ensoñación


Sacó su rostro por la ventana
y la brisa dulce jugó con su pelo.
La suave acaricia le hizo cosquillas,
elevando su cara, cerrando los ojos,
intentando ver, la imaginó allí,
lejos de él, en otro lugar, en otra ventana,
mirando la luna, tocándose el pelo,
soñando tal vez...
¿Quizás con él?
y una estrella fugaz brilló en el cielo.
©Belinda

Invisible



Y te sueño a mi lado
invisible y quieto
silencioso y reservado
mientras tu aliento
susurra a mi oído
palabras que nunca oiré.
Y ya no estás o ya te fuiste
o tal vez nunca estuviste.

©Belinda

Eres solo un sueño


Vives en mis sueños, 
porque siempre te he soñado.

Vives en mi mente y en mis noches solitarias.

Entre sabanas arrugadas,
ya frías, ya calientes,
abrazando la almohada,
buscando el calor de tu cuerpo.
Enlazando lo qué no hallo,
y entre mis brazos abiertos,
me desespero.

En este llanto nocturno,
mis labios
prueban las lágrimas,
que por ti voy derramando.

Tirita mi cuerpo
y mis manos se crispan
atrapando lo inexistente.
Siente mi boca besarte en la noche
y
el susurro de mi aliento en tu cuello,
pues mientras dormías,
un beso le he robado a tus labios.

Existes,
porque te imagino
como nunca nadie te ha imaginado.
Y en silencio busco tu mirada
vaga, casi inexistente.
Y siento la tristeza que la distancia me ha dejado.
¿Sabes que te pienso?
¿Sabes que te amo?
Eres sólo un sueño.

©Belinda

Mi madre



En las estrellas fugaces veo tu carita,
cálida y bella, a pesar de los años.
Son tus ojos más lindos y hermosos,
que cualquier esmeralda,
y, no quiero en ellos, abrojos ni penas,
pues mil mariposas bañan tu cielo.
Es tu mirada la más hermosa,
y, los luceros del alba, envidian tu celo,
en ella me pierdo, si ando vagando.

¡ Pues tú encandilas al más pendenciero!

Es tu sonrisa, diáfana y alegre,
pues versos en prosa, salen de ella,
oleajes y maremotos, habitan tu espíritu,
aflorando, a veces, en las noches veladas.

Tu perfume perdura, estaciones enteras,
y es tu regazo, mi tierno consuelo
más si alguna vez, lloras, por culpas ajenas,
yo te abrazo, te lleno de besos,
y siempre te digo:
¡Mamá yo te quiero!
© BT