como estrellas fugaces en el cielo.
Envueltas en sueños, se van soplando las velas.
Tumbadas en el suelo, las risas, forman un eco
entre los juegos infantiles y las muñecas de trapo,
ya sólo queda el recuerdo de un patinete roto.
Mientras la vida corre, discurren los días,
extraños y fatigados
y entre guiños y sonrisas pasan las horas,
mientras se alejan a paso veloz,
los sueños y la locura de la juventud.
Habrá que trabajar, aunque sea de astronauta,
que el mañana ya llegó, con tormentas bajo el sol,
nubes sin color y dudas con sabor.
©Belinda
Astronauta, que lindo. Um abraço, Yayá.
ResponderEliminarEl mañana ese sera el espejo del presente y el pasado eso es.
ResponderEliminarMis saludos