La chica de ayer


El velo de la tarde va cayendo
pausado, aún falta para la noche
un día tedio, ni bueno ni malo
lánguido quizás, lo pienso
de primaveras a otoños
y en un abrir y cerrar de ojos
cayó la nieve, suave 
sobre mí, sobre ti, sobre el todo.

No cuentes los versos, no riman
como los años, convexos.

Me he asomado a la ventana, abierta
y la he visto, llevaba una falda corta
una camiseta de antaño 
y su pelo galopaba con el viento
como olas entre caracolas
ella sonreía y brillaban sus ojos 
llenos de sueños
y me ha saludado con la mano
mientras se iba calle arriba.
Al cerrar la ventana, 
su reflejo en el cristal, me ha preguntado:
"¿Qué pasó con tu vida, a dónde se fueron tus sueños?"
©Belinda



5 comentarios:

  1. Mientras el velo oscuro de la tarde
    oculta los versos,
    furioso el viento en la calle,
    alimenta los sueños:
    Llueve.

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    Respuestas
    1. Ay, los días lluviosos me encantan, escuchar llover es lo más😉
      Bonitos tus versos Juanjo,

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  2. Joder... cómo duele este poema.
    Qué no me pregunte nada... por favor.

    Besos.

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  3. Seguro que muchos, se han ido cumpliendo.

    Un saludo.

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  4. Como en una gasa de ensueño, se lee tu poema, que no tiene amargura, al interrogar desde la ventana a la joven que tenía sueños, a dónde quedaron. Se tienen sueños, pero a veces se atraviesan otros, sin siquiera haberlos llamado. Un abrazo. Carlos

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