En aquel drama
los besos que él le daba
eran cristales
que tatuaban su piel
de remolacha.
© BT
Mientras los años pasan, hilos de plata cubren mi cielo y mariposas negras y azules van surcando mi mar… No es necesario entender un poema para sentirlo...
Infiel
Miró
el reloj y era muy tarde
no lo esperó y se acostó
suspiró tranquila y se durmió
pues ella sabía
que los maridos fieles se van de putas
y los infieles se van de casa.
© BT
Por el interés...
Era de casta pudiente
tierra fecunda y rostro feroz
más fea si cabe no la había.
—Te amo, le susurraba él postrado a sus pies
mientras besaba con fulgor aquella nalga enjuta y dura.
Luego casado con ella
no sabía qué más odiaba de ella
si su piel cetrina y el caviar de su boca
o su lengua tediosa de manos gentiles
o más aún el tacto hostil de sus senos
más si cabe
su poder, dinero y su tierra fecunda
y su entrepierna gemía por piernas impías.
© BT
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