Las calles de mi alma
están transitadas
en los días más cansinos
por nubes de algodón
que se quiebran
a la espera
de escapar de un destino
en demasía ya trazado
mientras ríos de lluvia turbia
invaden con pedruscos
ojos y garganta
anclando en el pecho
el almíbar espinoso
de alguna palabra cruel
que en su día encalló.
Algún día más ameno
se te tiran al alma
cuervos que graznan
como gatos encelados
y ardes mar adentro
queriendo sin pensarlo
quemar ese velero
que en tu isla naufragó.
©B
están transitadas
en los días más cansinos
por nubes de algodón
que se quiebran
a la espera
de escapar de un destino
en demasía ya trazado
mientras ríos de lluvia turbia
invaden con pedruscos
ojos y garganta
anclando en el pecho
el almíbar espinoso
de alguna palabra cruel
que en su día encalló.
Algún día más ameno
se te tiran al alma
cuervos que graznan
como gatos encelados
y ardes mar adentro
queriendo sin pensarlo
quemar ese velero
que en tu isla naufragó.
©B
El destino es frágil, si, como esas nubes de algodón
ResponderEliminarPoesía y precioso pincel Belinda
Un beso
Gracias por tu visita. Besos
EliminarA veces, las calles del alma
ResponderEliminarse vuelven oscuras,
se llenan de miedos.
A veces, las nubes nos hablan
y al pasar, alguna,
nos regala sus versos.
Me gusta saber que estás ahí.
Besos
A mí también me gusta saber que sigues ahí.
EliminarGracias por tus versos. Un beso Juanjo... donde quieras que estés...
Tiene esa melancolía que dejan los días, gastados entre la felicidad y el estrago de la tristeza. Un abrazo. carlos
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